Permitidme
que
hoy traiga como
reflexiones
más preguntas que respuestas….
es de lo que más tengo.
Hacia
dónde?
Quizá
lo que nos mueve en una dirección a veces también nos para, o nos
mueve en la dirección contraria. Queremos salir a hacer deporte y
seguir en el sofá sentados. Queremos perder peso y también la
hamburguesa con patatas fritas. Queremos ayudar y que no nos
molesten.
Queremos
todo
a la vez.
Pretendemos
el equilibrio entre tantas fuerzas que con frecuencia nos olvidamos
que vivimos más tiempo en desequilibrio que en equilibrio, o
al menos tratando de recuperar el equilibrio.
Pretendemos
el imposible de estar siempre
en
paz con uno mismo.
Cuando
pensábamos menos era más fácil. Corríamos y jugábamos más.
Ahora, ya padres, nos hemos empezado a tomar la vida en serio porque
los hijos son otra cosa, con ellos no caben experimentos: hemos de
estar seguros. O, al menos, creernos seguros. Y
si
no lo conseguimos, por lo menos parecerlo.
Seres
vivos mientras dure
Los
limites entre la fantasía y la realidad están cada vez menos
claros. Es cuestión de tiempo que lo que nos parecía imposible ayer
, la ciencia lo haga real mañana. Avanzamos hacia la inmortalidad de
la especie, de ésta o de la que nos suceda. Mientras se logra
seremos unos seres más de los millones de millones de seres que han
nacido y perecido en este planeta.
Eso
sí con consciencia de nuestra finitud. O
creencia
de vivir más allá de la muerte. O de dudas.
Sobre
todo dudas.
Contradicciones?
Las
certezas son como la razón, válidas mientras no se las cambia por
otras. Cada vez observo a más personas mayores con menos certezas.
Mas sabios con menos razones en sus debates. Más paz sin control.
Más fluir por la vida sin motor.
Más
tal cual.
Cada
vez observo más contradicciones que funcionan. O por lo menos
sirven. Sirven para estar y seguir.
Algo
común en todos es la acción. Cualquier acción, ni siquiera ha de
ser planificada, ni responder a un fin último que tantos se empeñan
en poner en el sentido de la vida. A veces es una acción tan simple
como el vuelo de una mosca dando vueltas en el centro del salón. Sin
querer ir a ninguna parte, sin querer posarse, sin querer salir. Sin
más, ahí, zumbando.
Me
pregunto a veces qué se sentirá cuando uno sabe que se está
muriendo. Si será un ya se acabó todo, un qué va a ser de ellos,
un oh Dios ahí voy, un no puede ser, o una mezcla de más
contradicciones. Quizá sea confusión lo que más haya.
O
más de lo mismo, incluidos los planes del futuro inmediato.
Cuando
comparto esta reflexión con mis amigos o familia casi nadie quiere
seguir hablando de ello, excepto los más viejos. Demasiado pronto
para pensar en ello, dicen.
Es
lo que hay?
Cada
día se sientan pacientes en mi consulta que lo están pasando mal. A
veces lo que piden, la ciencia puede dárselo y una intervención
bien indicada, una medicación bien pautada les ayuda a mejorar.
Otras, la mayoría de
las veces,
piden imposibles. Imposibles a día de hoy. Me
pregunto cómo
nos verán en ese futuro donde haya recambio para todo, tanto que
seamos prácticamente inmortales.
Mientras
tanto,
el centro de nuestro discurso sigue
siendo
"esto es lo que hay".
La
Medicina llega
con frecuencia al límite de poder seguir ayudándonos,
la Psicología lo sobrepasa entrenándonos en vivir con nosotros
sacando el máximo provecho de nuestros recursos, por
pocos que nos queden. Y
la Religión nos trasporta a lo imposible porque nos facilita creer
en
lo imposible.
Si
escuchanos a los físicos sobre los avances en la física cuántica,
la confusión es aún mayor. Ya
no
solo nuestra razón, que nos sirve en el mundo que vemos, sino
también las leyes físicas que estudiamos no
funcionan en lo atómico y subatómico. Es
a todas luces ese mundo un mundo “ilógico”.
Una
vez más la razón, incluso teniéndola, puede no servirnos.
Adaptación
Mi
padre con 95 años lee para estar ocupado, para ver menos televisión,
dice. A veces el mismo libro que leyó meses atrás. Esa combinación
entre lo práctico, la pérdida
de memoria
y el tiempo disponible lo hacen aún más sabio.
Quizá
también tengamos sobrevalorado el recordar, .....o como dice
Goldenberg, el inventar el pasado cada vez que recordamos.
Y por que regresamos tanto al pasado mientras más avanzamos en el ejercicio de vivir??? Es un deseo de regresar? Un reconocimiento de que "cualquier tiempo pasado fue mejor"? Lo peor es la sensación de vértigo, de cerrar los ojos y preguntarte al abrirlos ¿Pero como he llegado hasta aquí? ¿Estoy donde realmente quiero? Difíciles respuestas.
ResponderEliminarGracias por tus reflexiones :)
Me apunto al carro de las contradicciones,¡menos presión!
ResponderEliminar